El árbol de argán es originario del suroeste de Marruecos. Se dice que ya existía hace unos 80.000 años. Su fruto, en forma de cápsula ovoide dura, contiene 3 ó 4 semillas en su interior de las que se extrae este preciado aceite, denominado “Oro líquido de Marruecos”.
Contiene un alto porcentaje de ácidos grasos esenciales (omega 9 y omega 6), considerados nutrientes vitales asociados con la regeneración de los tejidos. Es uno de los aceites más ricos en tocoferoles (vitamina E) Por eso es tan efectivo para tratar arrugas, cicatrices y piel dañada por acné. Además protege la piel de las agresiones externas, como sol y viento; regula la secreción sebácea de la epidermis y del cuero cabelludo. Repara las manos secas y agrietadas al tiempo que fortalece las uñas frágiles. Tiene acción antioxidante, ralentizando el envejecimiento. Es apto para todo tipo de piel y especialmente nutre la piel seca o agrietada. Nutre el pelo, ideal para cabellos secos y castigados y reparar las puntas.
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